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Chris Anthony, cofundador y codirector ejecutivo de Aptera, está sentado en un escritorio hablando en voz alta por encima del sonido ambiente que se cuela de fondo en su despacho. Estamos en la sede central de la marca en San Diego, California – Estados Unidos– y es exactamente el tipo de atmósfera frenética que se espera de una empresa tecnológica emergente. A unos metros de donde estamos sentados, jóvenes ingenieros, la mayoría reclutados del sector aeroespacial, miran fijamente las pantallas de su ordenador, mientras otros parecen estar fabricando bits con un maquinaria de lo más peculiar. Detrás de Anthony, una pizarra que se extiende a lo largo de la habitación, cubierta de ecuaciones matemáticas que pondrían en jaque al mismísimo Einstein.
Aptera: en busca de la perfección
“La misión es crear el producto más eficiente de la historia”dice Anthony, “no solo de la industria automotriz, sino de cualquiera. Por lo general, una empresa comienza con un propósito y ese es el nuestro y realmente, nadie ha abordado nunca el transporte estrictamente desde el punto de vista de la eficiencia y, sobre todo, partiendo desde cero. Así que haces un montón de matemáticas”explica nuestro interlocutor, quien estudia dinámica de fluidos y se desace de cualquier idea preconcebida sobre lo que debería ser un automóvil. “Terminas con algo que se ve muy diferente de lo que la gente está acostumbrada”subraya.
En este momento, tres prototipos de Aptera se encuentran dentro del taller, dos completos y un tercero inacabado. Los dos vehículos terminados son claramente “Antropomórficos”, según Sarah Hardwick, directora de marketing de Aptera. Está Noir –pintado de negro–, de quien Hardwick dice que es “sexy y rudo” y está Sol, de color blanco marfil con un aspecto general más parecido al de un avión que al de un coche. De hecho, el nombre de la empresa significa “sin alas” en griego antiguo y es precisamente lo que te sugiere Sol, un automóvil sin alas. La pregunta más frecuente de las personas que ven el vehículo es: ¿vuela?
ApteraCar and Driver
ApteraCar and Driver
El objetivo de Aptera es ambicioso, audaz e impresionante: un vehículo eléctrico solar que no requiera carga para la mayor parte del uso, pero que se pueda enchufar a la red para alcanzar una autonomía proxima a los 1,600 kilómetros. Cubierto con paneles solares en su mayoría discretos, puede proporcionar aproximadamente 65 kilómetros de conducción con energía solar por día. La mayoría de los conductores podrían cubrir toda la semana laboral gracias a la energía solar, desplazándose de forma gratuita en su día a día. Por supuesto, los más escépticos respecto a Aptera tienen sus razones, pero esta modesta compañía que visitamos ha atraído a una impresionante base de curiosos, aficionados y clientes. Ya cuenta con más de 12.000 pedidos. Hardwick dice que Aptera no está construyendo una empresa sino “un movimiento” y los acontecimientos que están a punto de sucederse le dan la razón.
ApteraCar and Driver
La idea de un automóvil solar data de 1955, cuando un inventor que trabajaba para General Motors creó el Sunmobile. Funcionó muy bien, pero hablamos de un vehículo de poco más de 38 centímetros de longitud… En 1980, ingenieros israelíes construyeron uno de los primeros coches solares a gran escala. Luego vino el World Solar Challenge, un concurso de automóviles que funcionan con esta energía que deparó proyectos interesantes, pero nada parecido an un coche de producción. En los últimos años, los principales fabricantes han jugado con la idea, pero ninguno ha llegado a materializarla. Aptera, además, no comenzó con ninguna plataforma existente, como suelen hacer las marcas tradicionales.
Dos locos del radicalismo
Los cofundadores y amigos Steve Fambro y Chris Anthony comenzaron a perseguir sus sueños en 2005. Anthony vendió una empresa de barcos llamada Epic Boats y también había fundado un negocio de baterías de litio, con no mibroíl lumina y , fabricando robots al servicio de investigadores de laboratorio. Ninguno tenía anticedentes en el mundo del motor pero no era un impedimento: la idea era reinterpretar por completo lo que podría ser un automóvil.
Al analizar la dinámica de fluidos que presentaban los vehículos actuales de media, concluyeron que el 60% de la energía que gastan es simplemente para desplazar el aire a velocidades de autopista. Por lo tanto, llegaron a la conclusión de que por su forma, una carrocería que redujera este coeficiente de arrastre al máximo, sería instantáneamente mucho más eficiente que cualquier otra. Así, crearon un modelo pequeño usando Play-Doh y palillos de dientes, que un especialista convirtió en un diseño automovilístico digital. Bien, pues éste acabó llegando a la NASA. “Nos cobraron 17.000 dólares por hacer este estudio”, recuerda Anthony, “lo cual fue un poco ridículo porque no teníamos ni compañía. Steve y yo tuvimos que firmar ese cheque”.
La NASA finalmente verificó la información de Anthony y Fambro y ambos pensaron que se les había ocurrido una idea que se vendería sola y que cambiaría la movilidad. Nada más lejos de la realidad. En 2009, el mundo no estaba preparado para este tipo de automóvil: la tecnología de la batería necesaria no existía, la energía solar no se había explorado suficientemente y así, la empresa se liquidó en 2011. Sin embargo, en 2019, el dúo relanzó Aptera debido al ritmo de los avances en ambasteria “Ahora podemos hacer mucho más con el diseño que hace una década”, destaca Anthony conduciéndonos directamente a Sol, el Aptera blanco que vamos a conducir.
ApteraCar and Driver
El centro de todas las miradas
Accedemos bajo sus puertas de ala de mariposa y salimos por otra más convencional, la del garaje. La cosa se complica. Tres fans de la marca están dando vueltas en el parking y vienen desde lejos para ver la última versión. Son lo que Aptera llama “embajadores”.
ApeteraCar and Driver
En las calles de San Diego, Sol nos brinda algunos chirridos típicos de los prototipos. Los neumáticos delanteros se tambalean un poco pero aún así, su rodar impresiona. Toma las curvas con determinación y acelera y frena con gran eficacia. ¿La suspension? Bueno, como es un vehículo de tres ruedas no está obligado a equipar un sistema demasiado sofisticado y se nota. A cambio, ¿tiene todas las ruedas motrices? -preguntamos-. “Sí, pero no esta unidad”, responde Morris. “Este es solo tracción delantera”. Lo que nos lleva an un punto importante: los motores eléctricos de Sol se ubican dentro de las ruedas. Así, se puede modificar fácilmente su configuración. ¿Control de tracción? “Todavia no”, dice Morris. Y lo comprobamos patinando ligeramente a la salida de un Stop.
ApteraCar and Driver
Mientras tanto, la reacción en los rostros de los habitantes de San Diego a nuestro paso hace que nos sintamos el centro de todas las miradas pero propios y extraños nos preguntamos lo mismo: ¿cuándo llegará al cliente final? Aptera confirma más de 12.000 reservas recibidas por un importe mínimo de 25.900 dólares cada una. Además estima fabricar las primeras 5.000 unidades en este 2022.
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